Ruta del Castañar. El Tiemblo (AVILA). Fauna en Ruta.

Un Bosque Mágico.

Si nos paramos a pensar en los cuentos que de pequeño nos contaban nuestros padres o abuelos, siempre nos viene a la memoria un bosque sombrío, húmedo y lleno de grandes árboles. Este escenario llenaba de misterio y curiosidad las peripecias de la Bella Durmiente o de Caperucita Roja.

Inicio de la ruta del castañar.
Estos bosques, cuando uno se hace mayor, dejan de existir en nuestra imaginación. Parajes como el que propongo en esta ruta, el Castañar de El Tiemblo, nos ayudan a recordar que estos bosques
todavía existen, y que tienen una capacidad de sugerencia y evocación suficiente para imaginar el desarrollo de mil y una historias, a cual más fantástica y atrayente. 

En cualquier época del año es recomendable visitar el bosque, pero hay que reconocer que es en Otoño cuando despliega toda su fuerza, especialmente por el contraste cromático de los castaños con los sotos de robles, acebos y pinos de la zona. 

Por la pista de la Garganta de la Yedra


A unos 300 metros del Pueblo del Tiemblo en Ávila, en otoño y fines de semana se instala un control de paso, en el que nos darán indicaciones, una bolsa de basura, nos tomarán el número de la matrícula y nos someteran al impuesto de turno si nos encontramos en la estación apropiada y salvo que digamos que somos de El Tiemblo.

Castañar. Castaño centenario

Pasado el control la calle se convierte en pista asfaltada, aunque con importantes baches, y ligeramente ascendentemente, que avanza de forma paralela a la garganta de la Yedra por un pinar joven de repoblación. Desde el control de paso hasta el área recreativa de El Regajo, donde debemos dejar el coche nos esperan siete kilómetros más o menos.

A los dos kilómetros el maltrecho asfalto deja su paso a una pista de tierra ancha, y bien apisonada, pero con bastante pedregal y algunas rieras que dificultan nuestro camino. Este acceso, supuestamente habilitado para todo tipo de vehículos, no favorecen en absoluto el pleno conocimiento de este bello paraje y dejan muy mal sabor de boca. Poco a poco el pinar va dejando su paso a castaños y robles que comienzan a jalonar los bordes de la pista.

Siguiendo la pista de tierra, y evitando cualquier desvio ascendente y claramente secundario, llegamos primero a una fuente, y a continuación a un kilómetro, aparecen una desviación con indicaciones a dos áreas recreativas. Debemos escoger el camino de la izquierda, en dirección a área recreativa de El Regajo. Apenas doscientos metros después se abre la pista a la derecha con un pequeño aparcamiento, algunas mesas y unas pocas barbacoas, punto final donde debemos dejar el coche. Adjunto el mapa:
esquema o mapa de la ruta

El paraje es muy apacible y pintoresco, dominan los pinares pero se atisban a la derecha los enormes portes de castaños que dan comienzo a la excursión. Unas pocas mesas nos ofrecen la posibilidad de comer una buena tortilla si el tiempo acompaña, aunque son demasiado escasas para el aluvión de personas que se acercan en épocas de máxima afluencia. Nuestra ruta comienza siguiendo la pista que asciente al collado de la Era del Corcho, y a unos doscientos metros, giramos a la derecha a la altura de una empalizada de madera por un sendero que se interna directamente en la frondosidad del castañar. En Otoño este sendero está totalmente cubierto por las hojas, por lo que es muy importante localizar la desviación junto a esta valla. 

El Castañar el Tiemblo

A partir de este punto, nos sumergimos sin previo aviso en un anciano y embriagador bosque de castaños, algunos de gran porte, que en la época que nos ocupa, llenan el suelo de hojas secas, erizos y castañas, y el cielo de colores que van desde el rojo al ocre por toda la gama de marrones imaginables. Algunos ejemplares son tan impresionantes, que a veces da la sensación de hallarte en un parque organizado solamente para el deleite de los sentidos. Existen multitud de caminos que recorren esta masa forestal; aqui propongo uno por recorrer algunas de las zonas más emblemáticas, pero reconozco que cualquier otro puede deparar innumerables sorpresas. El sendero avanza bordeando el monte sin apenas desniveles, con algunas curvas y un par de desvios que siempre tomaremos a mano derecha. A unos 20 minutos desde el inicio, el camino asciende ligeramente hasta alcanzar una breve pradera donde destaca un refugio algo cochambroso, pero que se puede utilizar pare refugiarnos en caso de cambio brusco del tiempo. A mano derecha del refugio se abre un camino que de forma descendente nos conduciría de nuevo hasta el área recreativa; antes de proseguir por el camino de la izquierda es imprescindible continuar de frente, a espaldas del refugio, para localizar a unos 50 metros de este, el ejemplar más anciano y espectacular del bosque, conocido como "El Abuelo". Tiene 16 metros de perímetro, y su tronco esta totalmente hueco ofreciéndonos una imagen fantasmagórica y fascinante a partes iguales. Es además el ejemplar de castaño de mayor edad que podremos encontrar.

Castaño centenario.

Los Gigantes de la fuente del Resecadal.

Continuamos desde el refugio nuestro camino ascendiendo ligeramente unos diez minutos y escogiendo posteriormente todas las desviaciones a mano derecha, atravesando parajes más solitarios del bosque. El camino modera su ascenso al llegar a un pequeño collado, donde los castaños se aclaran y dejan su paso al roble. Hacia la derecha comenzamos a observar la ladera contraria de la garganta de la Yedra, y su interesante contraste de color. Justo en este collado se presenta una bifurcación, que debemos tomar a mano derecha, a pesar de que la sensación que se nos presenta sea la de alejamiento del castañar.

Castañar. Tiemblo. Embalse del Burguillo

Poco a poco el camino desciende hasta una vaguada donde de nuevo los castaños se hacen con el dominio, y nos encontramos con ejemplares majestuosos y ancianos, junto a la fuente del Resecadal, pequeño chorro de agua que en verano puede llegar a secarse. Uno de los castaños presenta una brecha enorme en el tronco como si de un pequeño refugio se tratase. Tras las fotos de rigor, continuamos nuestro camino sobrepasando este paraje, con un ligero porcentaje descendente, que pasados diez minutos nos deposita en uno de los parajes más inolvidables, la pradera de la Yedra. Es un paraje ensoñador, lleno de pastos verdes, una fuente de piedra y con una gran perspectiva para contemplar las laderas llenas de pinares, serbales, acebos, castaños y robles. En otoño el paraje luce sus mejores galas, y si hace buen tiempo, es un buen lugar para atacar el bocadillo de marras con el que combatir el apetito. Hemos tardado una hora aproximadamente desde donde dejamos el coche, en un paseo sin grandes desniveles y asequible para personas de todas las edades y de toda condición. A partir de aqui el paseo puede darse por finalizado, aunque si disponemos de tiempo, la ruta continuaría por el camino ascendente que busca ya sin remedio el collado de la llanada, en la divisoria de aguas, al que se llega en unos 20 minutos, y desde el que se contempla la vertiente sur del macizo de Gredos, el comienzo del valle del Tietar, y una perspectiva general de la garganta de la Yedra. Es un punto idoneo para la contemplación de las aves, pues constituye un paso obligado en la migración de muchas especies, algo que es aprovechado por los cazadores en las épocas oportunas. En cualquier caso, podemos regresar por el mismo camino que hemos traído al menos hasta el regugio, y desde allí tomar el camino que desciende por la izquierda hasta el área recreativa donde hemos dejado el coche.

El Valle de Iruelas. Buitre negro.

Observatorio de Buitres.


Una vez repuestos de paseo, y si decidimos aprovechar la jornada en estos parajes, es recomendable quedarse a comer en el área recreativa. Luego por la tarde tenemos una nueva aventura. En mi caso me encanta observar y fotografiar aves por lo tanto, si queremos seguir viendo naturaleza, podemos ir al valle de Iruelas, junto al embalse de Burguillo, a unos 10 km de El Tiemblo.

Este valle es conocido por su recuperación de la población de buitre negro que en él habita, y que sobrepasa las ochenta parejas. Aunque las rutas en este valle son innumerables, dado que no tenemos demasiado tiempo, optaremos por la llamada Senda Botánica. Se trata de un recorrido circular que parte del área recreativa Siempre verde, justo enfrente del Camping donde recomiendo hacer noche para al amanecer continuar disfrutando de esta zona maravillosa.

A la izquierda de la carretera, aparece un aparcamiento cerrado por una cadena desde el que comienza el recorrido didáctico, a través del cual podemos conocer hasta 21 especies de árboles, todas con paneles informativos sobre su forma de identificación y distribución.

Al sobrepasar el primer panel, aparece un camino ascendente indicado que nos lleva hasta el mirador de la Lancha de las Víboras, desvio recomendable si disponemos de tiempo, que nos brindará un magnífico panorama del embalse del Burguillo y del valle de Iruelas. Este mirador es un observatorio fantástico para divisar el vuelo del majestuoso buitre negro, una especie en peligro de extinción que resulta inconfudible incluso para el menos experto en fauna.

Como comentaba líneas atrás la variedad de rutas que existen en el valle de Iruelas es grandísima, por lo tanto en otro artículo trataré de describir algunas de ellas, o por lo menos las que yo he realizado alguna vez.

Un saludo a todos y espero que os sea de utilidad este artículo para que podáis visitar zonas nuevas de nuestra Tierra.

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